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Foto del escritorMaría Gloria

Teresa, amiga y hermana

Llega un nuevo 15 de octubre, donde todos los amigos y hermanos del Carmelo Teresiano nos vestimos de fiesta para celebrar una vez más a nuestra gran Santa Teresa, la madre, amiga y hermana.



Esta fiesta está revestida de universalidad, en todo el mundo recordamos en este día a Teresa, su ideal de grupo con aquellas once primeras discípulas del Carmelo de San José en Ávila, ese ideal de vivir para la Iglesia, orar por ella, estar atentas a lo que pasa en el mundo para llevarlo a Dios, esos grandes deseos en el corazón de una mujer que pasó a la historia, hoy son una hermosa realidad en todo el mundo.

Muchas congregaciones religiosas se han fundado con el carisma de nuestra madre Teresa. El Carmelo Descalzo se ha extendido por todo el mundo, miles de hermanas están en algún lugar, tal vez muy cerca donde tú trabajas, o donde tienes tu residencia, allí hay un grupo de hermanas, como esas primeras once de San José de Ávila, mujeres que son el eco del deseo de Teresa, amigas de tratar y hablar con Dios.

Muchos movimientos y grupos de oración en las parroquias, o, al alero de las comunidades de hermanos y hermanas carmelitas descalzos, son amigos de oración.



Teresa está presente en el caminar de nuestra Iglesia, ella ha hecho posible hacer muchos buenos amigos de Dios.

En esta breve reflexión quiero destacar dos características en la personalidad de nuestra santa Madre Teresa, como amiga y hermana, no tengo dudas que para muchas de nosotras, sus hijas diseminadas por el mundo, más que como madre, vivimos esa cercanía con ella como una amiga y como una hermana.




Amiga


Teresa fue una mujer muy humana, llena de Dios, con una simpatía atrayente, "daba gran contento mirarla y oírla, porque era muy apacible y graciosa en todas sus palabras y acciones" escribió María de San José en su libro de Recreaciones.

Teresa escribió de sí misma que tenía la gracia de dar contento a todos, era una persona afín a cualquier carácter, relacionarse con ella era establecer una hermosa amistad, en una agradable compañía con una excelente comunicación, en un ambiente de grata concordia. Integra la palabra amistad en su forma de definir la oración, para ella la relación con Dios es un trato de amistad con quien sabemos nos ama, y son los "amigos fuertes de Dios", quienes ayudan a escalar la cima de la perfección, esa fuerza solo puede venir de una relación de amor y amistad en la oración.

En la Concordancias de los escritos de Teresa, edición del año 2000 aparecen trescientas treinta y ocho citas con la palabra amigo o amiga. Y otras ciento veintiocho con la palabra amistad. Leer esas citas es caer en la cuenta de lo significó para ella la amistad, en primer lugar desde su vivencia con el Dios de la misericordia. "Puedo tratar como con amigo, aunque es Señor" (V. 37, 5) Dios misericordioso es el amigo fiel que se abaja condescendiente hacia nosotros.

Vivir la amistad para ella, no fue un impedimento en su camino de santidad, su corazón libre, sin ataduras, y su madurez psicológica hicieron posible un equilibrio sorprendente para esos tiempos en una mujer.

Acaecióme con algún confesor (que siempre quiero mucho a los que gobiernan mi alma) como los tomo en lugar de Dios tan de verdad, paréceme que es siempre adonde mi voluntad más se emplea y, como yo andaba con seguridad, mostrábales gracia. Ellos como temerosos y siervos de Dios, temíanse no me asiese en alguna manera y me atase a quererlos, aunque santamente, y mostrábanme desgracia. Esto era después que yo estaba tan sujeta a obedecerlos, que antes no los cobraba ese amor. (V. 37, 5)

Amistad para Teresa es vivir el amor sin medida en un círculo de libertad atrayente con respecto a las personas con quienes compartía la vida, "amar sin caer en la cárcel del amor". (T. Álvarez)

En ella sin duda es un don sobrenatural recibido del Señor, recordemos aquella frase del Señor a Teresa; "ya no quiero que tengas conversación con hombres sino con ángeles", probablemente en 1546, ella con solo treinta y un años de vida. "Fue la primera vez que el Señor me hizo esta merced de arrobamientos". ( V. 24, 5)

El desasimiento teresiano es liberarse de todo en esta tierra para abrazar solo a Cristo, no poner la mirada en las cosas de este mundo, no caer en la dependencia de nada ni de nadie. El desasimiento afectivo en Teresa es ir más allá de lo que naturalmente se apetece, es un don sobrenatural, por eso ella es capaz de amar con libertad y expresar esa vivencia del amor como una alabanza y acción de gracias a Dios.




Hermana


Teresa vivió la experiencia de ser "hermana" desde pequeña, en casa, "éramos tres hermanas y nueve hermanos" (V. 1, 3) Y a continuación escribe que sus hermanos en nada le desayudaban en servir a Dios. Luego al entrar al monasterio de la Encarnación de Ávila se encontró con muchas hermanas, con las cuales era imposible tener una relación de amigas, pues llegaban a ciento ochenta monjas. Pero logró crear en torno a ella a un buen número de hermanas que le ayudaron y fueron instrumentos en las manos del Señor para fundar su primer monasterio de carmelitas descalzas. Y luego en el transcurrir del tiempo, fueron sus hermanas e hijas más cercanas que recorrieron los caminos de España, fundando nuevos conventos, entre los años 1566 a 1582.

Recordemos también que la amistad con una de esas monjas de la Encarnación hizo posible que Teresa optara por la Orden de la bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo. Si esa amiga no hubiera existido en la vida de Teresa, es muy posible que hubiera ingresado en el monasterio de las Agustinas.

Teresa como hermana de sus hermanas no deja mucho testimonio en sus escritos, como Teresa del Niño Jesús, que en el manuscrito C, nos cuenta muchas de sus vivencias en la vida comunitaria. Nos basta profundizar el Camino de Perfección, de Nuestra Santa Madre, escrito para sus hermanas de San José, para darnos cuenta del inmenso amor que profesaba a quienes como ella, vivían la Regla primitiva de nuestra Señora del Carmen.

Se que no falta el amor y deseo en mí para ayudar en lo que yo pudiere para que las almas de mis hermanas vayan muy adelante en el servicio del Señor. Y este amor junto con los años y experiencia que tengo de algunos monasterios, podrá ser aproveche para atinar en cosas menudas más que los letrados. (Camino- prólogo -Nº 3)

Y suele utilizar la frase: "Oh hermanas mías en Cristo" al comienzo de los párrafos de los diferentes capítulos. Todo el Camino de Perfección es como una carta íntima a sus hermanas e hijas, donde les cuenta su experiencia de vida, escribe hablando con ellas. "Su experiencia servirá de eslabón para conectar su vida con el grupo" . (T. Álvarez)

Al finalizar el Camino de Perfección Teresa se da cuenta de los secretos que encierra el camino de la oración, "desde el principio hasta engolfar Dios el alma y darla abundosamente a beber de la fuente de agua viva". (C. 42, 5)




De oración y amor de Dios ha hablado en todos los capítulos, y solo desea que Dios regale a sus hermanas abundosamente, osea muy abundantemente, la gracia, para que ellas también con toda y gran determinación sigan el camino de la contemplación.


Para finalizar quiero hacer memoria de una de sus amigas, Ana de Jesús, que acaba de ser beatificada por la Iglesia. El Papa Francisco la beatificó en Bruselas hace solo dos semanas. La madre Ana fundó once monasterios, luchó con fuerzas para conservar la fidelidad de las constituciones de nuestra santa madre Teresa y fue pionera en las ediciones de sus obras en 1588.




Al morir Santa Teresa, madre Ana se encontraba enferma, la Santa se le apareció, la curó y le dijo: "No se acabó la Iglesia porque un día murieron San Pedro y San Pablo. Ahora os toca a vosotras". (Ildefonso Moriones)


Ahora nos toca a nosotros, a cada uno de nosotros, de la familia de Estepre y todos sus seguidores. Teresa como hermana y amiga continúa sembrando amor, motivandonos a poner mil vidas si es posible para remedio de una, y que toda nuestra ansia sea, en lo poco...todo, "confiados en la gran bondad de Dios, que nunca falta de ayudar a quien por él se determina a dejarlo todo", (C. 1, 2) dentro de lo que es posible en la vida de cada uno, para que su Reino de Amor, triunfe en nuestra sociedad.



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