El Castillo Interior es la obra más completa sobre el itinerario espiritual escrita por Santa Teresa de Jesús, en ella condensa toda su experiencia y doctrina sobre la oración y la vida cristiana. Quiero compartir contigo estos recursos para orar desde este itinerario propuesto por la santa.
1. Disposición inicial
Busca tu espacio de silencio y soledad, tu rincón para Dios. Una vez ahí invoca la presencia de Dios, pídele que te acompañe, con sencillez, pero con sinceridad.
Intenta relajarte y deja por un momento todas tus preocupaciones. Lee detenidamente el Poema 8 de Teresa.
Poema 8
Alma, buscarte has en Mí, y a Mí buscarme has en ti.
De tal suerte pudo amor, alma, en mí te retratar, que ningún sabio pintor supiera con tal primor tal imagen estampar.
Fuiste por amor criada hermosa, bella, y así en mis entrañas pintada, si te perdieres, mi amada, Alma, buscarte has en Mí.
Que yo sé que te hallarás en mi pecho retratada, y tan al vivo sacada, que si te ves te holgarás, viéndote tan bien pintada.
Y si acaso no supieres dónde me hallarás a Mí, No andes de aquí para allí, sino, si hallarme quisieres, a Mí buscarme has en ti.
Porque tú eres mi aposento, eres mi casa y morada, y así llamo en cualquier tiempo, si hallo en tu pensamiento estar la puerta cerrada.
Fuera de ti no hay buscarme, porque para hallarme a Mí, bastará sólo llamarme, que a ti iré sin tardarme y a Mí buscarme has en ti.
Es bueno que tomes nota de tus reflexiones, puedes tener un “Cuaderno de oración” o utilizar el mismo espacio destinado en este material para ese fin, será de mucho provecho en tu crecimiento.
2. Medita con fe y esperanza
El punto de partida es muy sencillo: ¿Quién soy? ¿Alguna vez te has hecho esta pregunta con seriedad? Dejando fuera todos los idealismos y las falsas imágenes que pueden surgir de nuestra autoestima distorsionado, piénsalo: ¿Quién eres?
Santa Teresa nos da una pista que tal vez te pueda ayudar, dice:
“…si bien lo consideramos…no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde Él (Dios) tiene sus deleites…No hallo yo cosa con que comparar la gran hermosura de un alma y la gran capacidad…”
Eres un paraíso para Dios, eres el deleite de Dios. No hay nada en este mundo que sea tan hermoso como tú, ni nada que sea tan grande como tú. Por una simple y sencilla razón: eres imagen y semejanza de Dios, eres su morada, su Castillo. Él está en ti y quiere que le descubras, porque tiene muchas cosas que decirte, tiene toda una vida para compartir contigo. Pero para eso necesita que le escuches, que te escuches.
3. Reflexiona con el corazón
¿Soy capaz de reconocer y defender mi dignidad como persona creada a imagen de Dios?
¿Reconozco que Dios vive en mí? ¿Qué papel ocupa Él en mi vida?
¿Respeto la dignidad de las demás personas? ¿Reconozco sus cualidades?
4. Actúa con Amor
Intenta estos sencillos ejercicios:
Al mirarte al espejo cada mañana di: “Señor Tú vives en mí, quiero ser tu Morada”.
Haz una lista de tus virtudes y de aquellas cosas que debes seguir mejorando.
Haz de tu oración un momento de diálogo sincero. Escucha tu corazón, tus sentimientos, tus necesidades.
Te invitamos para que pongas por escrito tu reflexión.
5. Bonus
Te comparto este Podcast, que te puede ayudar a profundizar:
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