Evento narrado en los evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas, por el cual Jesús de Nazareth se transfigura y se vuelve radiante en gloria divina sobre una montaña, ante la presencia de tres (3) de sus apóstoles, Pedro, Santiago y Juan. Pero, lo que también es extraordinario es que ocurre en presencia espiritual y revelada de personajes históricos no contemporáneos, Moisés y Elías, sin duda alguna, los más famosos y reconocidos del pueblo israelí. La revelación gloriosa de la Ley y los Profetas es el resultado de la Transfiguración de Jesús. El mensaje del significado de la Transfiguración es enseñarnos la verdadera naturaleza teándrica de Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios. Es la visión instantánea de lo que habría de venir, lo cual queda muy claro durante la Resurrección, en ese hermoso encuentro con María Magdalena y otras que nos dijera Mateo 28, 9-10, más específicamente, en Marcos 16, 9, o más detalladamente en Juan 20, 15-18, afuera de la tumba y la Ascensión del Señor en Hechos 1, 6-9.
Aunque lo cierto es que la Transfiguración de Jesús relatada por Mateo 17, 1-3; en Marcos 9, 2-4; y, en Lucas 9, 28-31, se da entre el Primer y Segundo anuncio de la pasión y resurrección, no es menos cierto que luego de la Transfiguración, Jesús de Nazareth tuvo, por la conversación con Moisés y Elías, plena consciencia de su partida que se iba a consumar en Jerusalén. Que todo eso era necesario para que el Hijo del Hombre; el hombre más trascendental de la historia de la humanidad todavía esté con nosotros, hoy y siempre.
Cuando visité el Monte Tabor en un retiro espiritual vivencial organizado por Casa General en Roma para hispanoparlantes, de hecho, la primera experiencia carmelita descalza como orden seglar en Tierra Santa, sentí que estaba pisando tierra sagrada, lo que me hizo investigar si este pasaje bíblico era histórico o por tradición, tal como fue el enfoque del retiro. Lo que encontré fue que desde el siglo IV d.C. se ha considerado el Monte Tabor como el lugar tradicional de la Transfiguración, pero como está a unos 70 kilómetros de Cesarea de Filipo, parecería una ubicación improbable. Sin embargo, en Mateo 17, 1 nos relata que "Seis días más tarde…" o, aun confirmado, en Marcos 9, 2 y, finalmente, para mayor claridad y certeza, en Lucas 9, 28 se plasma que "Ocho días después de estos discursos, tomó a Pedro, Juan y Santiago y subió a una montaña a orar", lo cual demuestra que en ocho (8) días bien podían haber cubierto esa distancia de 70 kilómetros con lo que la ubicación del Monte Tabor estaría plena e históricamente justificada. Un dato verdadero es que Jesús de Nazareth tenía sus piernas muy desarrolladas por sus largas caminatas en terrenos precisamente montañosos como Galilea y Judea.
También es primordial comprender que la escena misma de la Transfiguración es exegéticamente trinitaria, tal como lo defienden los Santos Padres como Santo Tomás y así lo han indicado, por medio de la cual el Espíritu Santo se hace presente en la nube que envuelve a Jesús y a los tres (3) apóstoles y permite la aparición de Moisés y Elías. En la Transfiguración, el Padre es la voz que se escucha, el Hijo se ve reflejado en el Hombre y el Espíritu Santo se manifiesta en la nube luminosa o, como generalmente se le conoce, luz tabórica.
Lo grande de la Transfiguración es que es un milagro que le ocurre al mismo Jesús de Nazareth, habida cuenta que el Padre dice "Este es mi Hijo elegido. Escúchenlo", como lo vemos en Lucas 9, 35. Es un milagro que une y complementa al Bautismo de Jesús cuando el Padre se dirige a Jesús de Nazareth y le dice: "Tú eres mi hijo querido, mi predilecto", en Lucas 3, 22. Y, al unir su Bautismo con su Transfiguración, se muestra la perfección de la vida en el Reino de los Cielos. Junto con su bautismo, crucifixión, resurrección y ascensión, la Transfiguración son los cinco (5) hitos principales narrados por los Evangelios Canónicos en la vida de Jesús de Nazareth. Es interesante indicar que el Papa Juan Pablo II, en el año 2002, introdujo los Misterios Luminosos en el rosario, que incluyen la Transfiguración.
El significado de la Transfiguración es el momento crucial del encuentro entre lo temporal y lo eterno, entre lo material y lo espiritual, con Jesús siendo punto de conexión y puente entre el cielo y la tierra. No deja de ser interesante también que siempre se ha pensado que la Transfiguración cumple una profecía mesiánica del Antiguo Testamento, en Malaquías 3, 23-24, cuando se dice: "Y yo les enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra".
Igualmente interesante y curiosa es que la ubicación de la montaña ha sido, a través de la historia antigua y moderna y del hecho claro que ninguno de los relatos canónicos identifica la "alta montaña" con nombre propio, una fuente de mucha especulación y teorías. Así vemos que desde el siglo III, cristianos como Orígenes de Alejandría han identificado al Monte Tabor como el lugar de la Transfiguración. Sin embargo, hemos visto desde el siglo XIX teorías contrarias al Monte Tabor, por lo que hay una lista de lugares como el monte Panium, Paneas o Banias, cerca de Cesarea de Filipo. También se ha considerado al monte Merón, el monte Nebo o, inclusive, el monte Hermón como lugares, donde haya podido ocurrir la Transfiguración del Señor.
Lo verdadero es que a partir del momento de la Transfiguración, para Jesús representa un alto breve, aunque intenso, en su vida. Detrás quedaban casi tres (3) años de apostolado, predicas y milagros, pero ahora le esperaba su Getsemaní, su prisión, su proceso injusto, sus azotes y su Gólgota. Pero, también la Resurrección para esperanza del ser humano. El Tabor muestra a Jesús como el esplendor de la Gloria del Padre y un encuentro Trinitario sin igual.
Jesús de Nazareth nos enseñó que su rostro transfigurado está en los hambrientos, sedientos, desnudos, forasteros, privados de libertad y enfermos, pues cuando uno hace obras de amor con ellos, las hace también con él, por lo que puede gritar Amén, Amén y Eternamente Amén.
Liborio de la Providencia y la Justicia Divina, ocds.
Comunidad Santa Isabel de la Trinidad, Panamá.
Provincia Nuestra Señora de Guadalupe, América Central.
コメント